sábado, 12 de diciembre de 2015

Moleben San Siluan



MOLEBEN 
AL SANTO Y TEÓFORO PADRE
SAN SILUAN DE MONTE ATHOS
   
 
Diócesis de Buenos Aires y Sudamérica
Iglesia Ortodoxa Rusa Fuera de Rusia (ROCOR)
Diakonía Ortodoxa de San Germán de Alaska


Moleben de
Acción de Gracias a San Siluan de Monte Athos, Schemamonje.


Diácono: Bendice, Señor

Sacerdote: Bendito sea nuestro Dios en todo tiempo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

Coro: Amén.
(Tono VI) Oh, Rey Celestial, Consolador, Espíritu de la Verdad, que estás en todas partes y llenas todas las cosas, Tesoro de todo lo bueno, y Dispensador en la Vida, ven y mora en nosotros, purifícanos de toda mancha y salva nuestras almas, Oh Bondadoso.

      Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros (3 veces).
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
      Oh, Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Oh, Señor, perdona nuestros pecados. Oh, Soberano, absuelve nuestras transgresiones; Oh, Santo, mira y sana nuestras debilida­des por Tu nombre.
      Señor, ten piedad (3 veces).
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos Amén.
      Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu nombre. Vénganos Tu Reino, há­gase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan sustancial nuestro, dánoslo hoy, y perdona nuestras deudas, así como también nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer en tentación, más líbranos del maligno.

Sacerdote:  Porque Tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.  Amén.

Venid, adoremos al Rey nuestro Dios.
Venid, adoremos y prosternémonos ante Cristo Rey, nuestro Dios.
Venid, adoremos y prosternémonos ante Cristo mismo, Rey y Dios nuestro.

 

Salmo 142

Señor, escucha mi oración; esclarece mi ruego en tu verdad: óyeme en tu verdad y no entres en juicio con tu siervo, porque ningún viviente será justificado ante Ti. Porque ha perseguido el enemigo a mi alma, ha echado mi vida por tierra. Me ha colocado en lugares obscuros, como a los muertos del siglo. En mi se ha angustiado mi espíritu y dentro de mí se ha turbado mi corazón. Me he acordado de los días antiguos, he meditado sobre todas tus obras, sobre los hechos de tus manos reflexionaba. He tendido mis manos a Ti: mi alma a Ti como tierra sin agua. Óyeme prontamente Señor, mi espíritu ha desfallecido. No apartes de mí tu rostro para que no sea semejante a los que descienden a la fosa. Hazme oír al alba tu misericordia porque en Ti he puesto mi esperanza. Dime por cual camino iré porque con ímpetu he adherido mi alma a Ti. Sácame de entre mis enemigos, Señor, porque a Ti he acudido. Enséñame a hacer tu voluntad, porque Tu eres mi Dios, Tu Espíritu bueno me guiará a tierra de rectitud. Por tu nombre, Señor, me vivificarás según tu verdad, sacarás de la tribulación mi alma. Y por tu misericordia destruirás a mis enemigos y vencerás a todos los que atribulan a mi alma, porque yo, siervo tuyo soy.
         Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.  Aleluya, aleluya, aleluya, gloria a Ti, oh Dios (3 veces).

Gran Letanía


Diácono: En paz, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por la paz del mundo entero, por el bienestar de las santas Iglesias de Dios y por la unión de todos, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por este santo Templo y por los que con fe, devoción y temor de Dios entran en el, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por nuestro Gran Soberano y Padre, Su Santidad el Patriarca N., por nuestro Señor Reverendísimo el Metropolitano N., Primado de la Iglesia Rusa en el Exterior, por Nuestro Señor Ilustre Obispo N., por el honorable presbiterado y diaconado en Cristo, por todo el clero y el pueblo, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por esta ciudad, por todas las ciudades y países y por los que los habitan, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Para que reciba misericordiosamente ahora el agradecimiento y nuestras rogativas de sus indignos siervos en su Altar celestial y perdonándoles, como benevolente que es, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Para que no desprecie los agradecimientos que nosotros, Sus siervos inútiles, le ofrecemos con corazón humilde, después de recibir sus favores, que sea éste cual candil aromático y que la ofrenda incinerada sea de su agrado, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Por el siervo de Dios N., y por su salvación, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Para que sean libres de todo mal, ofensa, agresión y maledicencia en su ministerio, roguemos al Señor
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y guárdanos, oh Dios, con Tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Conmemorando a la Santísima, Purísima, Benditísima, Gloriosa Soberana nuestra, la Madre de Dios y siempre-virgen María y a todos los santos, encomendémonos a nosotros mismos y mutuamente los unos a los otros y toda nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor.

Sacerdote: Pues Tú eres de misericordia y de ternura, lleno de amor por los hombres, y Te damos gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Diácono: En el Tono 4, Dios es Señor, y se nos ha revelado, bendito el que viene en nombre del Señor.  Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
Coro: Dios es Señor, y se nos ha revelado, bendito el que viene en nombre del Señor.
Diácono: Todos los pueblos me rodeaban, en el nombre del Señor los rechacé.
Coro: Dios es Señor, y se nos ha revelado, bendito el que viene en nombre del Señor.
Diácono: No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor.
Coro: Dios es Señor, y se nos ha revelado, bendito el que viene en nombre del Señor.
Diácono: Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente.
Coro: Dios es Señor, y se nos ha revelado, bendito el que viene en nombre del Señor.

Tropario a San Siluan de Monte Athos, Tono 4
     
Orando humildemente a Cristo Maestro, recibiste en tu corazón la salvación del Espíritu Santo.  Por eso regocíjese ahora el pueblo, y convocado en tu memoria te implora: Santo Padre Siluan, ruega a Cristo nuestro Dios que salve nuestras almas.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Kontaquio a San Siluan de Monte Athos, Tono 2

Confesor preclaro y humilde de la sabiduría, con tu bondad, inspirada por el amor del Espíritu Santo por la humanidad, Siluan amado por Dios. Por tus obras se alegra la Iglesia de toda Rusia y, llenos de júbilo, los monjes del Monte Athos y todo el pueblo Cristiano, se dirigen  hacia Dios con amor filial.   A Él ruégale por nuestra salvación, tú que conoces a Dios tanto como los ángeles, para que logremos imitar tu ejemplo en la consumación del amor celestial.

Clero: ¡Oh Santo Padre Siluan, ruega a Dios por nosotros!
Coro: ¡Oh Santo Padre Siluan, ruega a Dios por nosotros!
Clero: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Coro: Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Clero: ¡Oh Santo Padre Siluan, ruega a Dios por nosotros!
Coro: ¡Oh Santo Padre Siluan, ruega a Dios por nosotros!
Clero: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Coro: Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Luego:
Coro: Ruega a Dios por nosotros, oh Santo Padre Siluan, porque nosotros fervientemente nos refugiamos en ti, el pronto auxilio e intercesor por nuestras almas.

Clero: ¡Oh Santo Padre Siluan, ruega a Dios por nosotros!
Coro: ¡Oh Santo Padre Siluan, ruega a Dios por nosotros!
Clero: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Coro: Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Clero: ¡Oh Santo Padre Siluan, ruega a Dios por nosotros!
Coro: ¡Oh Santo Padre Siluan, ruega a Dios por nosotros!
Clero: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Coro: Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Clero: ¡Oh Santo Padre Siluan, ruega a Dios por nosotros!
Coro: ¡Oh Santo Padre Siluan, ruega a Dios por nosotros!
Clero: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Coro: Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Luego:
Coro: Ruega a Dios por nosotros, oh Santo Padre Siluan, porque nosotros fervientemente nos refugiamos en Ti, el pronto auxilio e intercesor por nuestras almas.

Pequeña Letanía

Diácono: Una y otra vez en paz, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Ampáranos, sálvanos, tennos misericordia, y protégenos, oh Dios, por tu gracia.
Coro: Señor, ten piedad.
Diácono: Conmemorando a nuestra Santísima, Purísima, Bendita y Gloriosa Señora Madre de Dios y Siempre Virgen María, con todos los Santos, encomendémonos nosotros mismos y mutuamente los unos a los otros, y toda nuestra vida a Cristo Dios.
Coro: A Ti, Señor

Sacerdote: Porque Tú eres el Rey de la Paz y el Salvador de nuestras almas, y a Ti glorificamos, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Diácono: Atendamos. Sabiduría.  Proquimenon en Tono 7, Preciosa a la vista del Señor es la muerte de Sus santos.
Coro: Preciosa a la vista del Señor es la muerte de Sus santos.
Diácono: ¿Qué le daré al Señor por todo lo que Él me ha dado a mí?.
Coro: Preciosa a la vista del Señor es la muerte de Sus santos.
Diácono: Preciosa a la vista del Señor.
Coro: Es la muerte de Sus santos.

Diácono: Roguemos al Señor.
Sacerdote: Porque Tú eres santo, ¡oh, Dios nuestro! y entre los santos descansas, y a Ti elevamos gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Diácono: Todo lo que tiene aliento alabe al Señor.
Coro: Todo lo que tiene aliento alabe al Señor.
Diácono: Alabad a Dios en sus Santos; alabadle en el establecimiento de su poder.
Coro: Todo lo que tiene aliento alabe al Señor.
Diácono: Todo lo que tiene aliento
Coro: Alabe al Señor.

Diácono: Para que seamos dignos de escuchar el Santo Evangelio, roguemos al Señor.
Coro: Señor, ten piedad (3 veces).
Sacerdote: Sabiduría. De pie. Escuchemos el santo Evangelio. Paz a todos.
Coro: Y con tu espíritu.

Sacerdote: Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (Mt. 11, 27-30)
Coro: Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti.

Dijo el Señor: Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.  Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana".

Coro: Gloria a Ti, Señor, gloria a Ti

Clero: ¡Oh Santo Padre Siluan, ruega a Dios por nosotros!
Coro: ¡Oh Santo Padre Siluan, ruega a Dios por nosotros!
Clero: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Coro: Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Clero: ¡Oh Santo Padre Siluan, ruega a Dios por nosotros!
Coro: ¡Oh Santo Padre Siluan, ruega a Dios por nosotros!
Clero: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Coro: Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

Clero: ¡Oh Santo Padre Siluan, ruega a Dios por nosotros!
Coro: ¡Oh Santo Padre Siluan, ruega a Dios por nosotros!
Clero: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
Coro: Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Luego: Verdaderamente es digno bendecirte, oh progenitora de Dios, siempre bienaventurada y purísima Madre de nuestro Dios. Tú eres más venerable que los Querubines e incomparablemente más gloriosa que los Serafines a ti que sin mancha diste a luz al Verbo de Dios y que verdaderamente eres la Madre de Dios, a ti te celebramos.
Lector: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros (3 veces).
      Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
      Oh, Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Oh, Señor, perdona nuestros pecados. Oh, Soberano, absuelve nuestras transgresiones; Oh, Santo, mira y sana nuestras debilida­des por Tu nombre.
      Señor, ten piedad (3 veces).
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos Amén.
      Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu nombre. Vénganos Tu Reino, há­gase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan sustancial nuestro, dánoslo hoy, y perdona nuestras deudas, así como también nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer en tentación, más líbranos del maligno.

Sacerdote:  Porque Tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.

Tropario a San Siluan, Tono 4
Orando humildemente a Cristo Maestro, recibiste en tu corazón la salvación del Espíritu Santo.  Por eso regocíjese ahora el pueblo, y convocado en tu memoria te implora: Santo Padre Siluan, ruega a Cristo nuestro Dios que salve nuestras almas.

Kontaquio a San Siluan, Tono 2
Confesor preclaro y humilde de la sabiduría, con tu bondad, inspirada por el amor del Espíritu Santo por la humanidad, Siluan amado por Dios. Por tus obras se alegra la Iglesia de toda Rusia y, llenos de júbilo, los monjes del Monte Athos y todo el pueblo Cristiano, se dirigen  hacia Dios con amor filial.   A Él ruégale por nuestra salvación, tú que conoces a Dios tanto como los ángeles, para que logremos imitar tu ejemplo en la consumación del amor celestial.
Después de los Troparios:
La Ectenia
Diácono: Ten piedad de nosotros, oh Dios nuestro, por tu gran misericordia, te suplicamos, escúchanos y ten piedad.
Coro: Señor, ten piedad. (tres veces).
Diácono: También Rogamos por nuestro Gran Soberano y Padre, Su Santidad el Patriarca N., por nuestro Señor Reverendísimo el Metropolitano N., Primado de la Iglesia Rusa en el Exterior, por Nuestro Señor Ilustre Obispo N., y por toda nuestra hermandad en Cristo.
Coro: Señor, ten piedad. (tres veces).
Diácono: También rogamos por el sufriente pueblo ortodoxo, y por su salvación.
Coro: Señor, ten piedad. (tres veces).
Diácono: También rogamos por esta nación, sus autoridades y ejército y por toda tierra Cristiana.
Coro: Señor, ten piedad. (tres veces).
Diácono: También rogamos por la misericordia, vida, paz, salud, salvación, por el perdón de los pecados y por la prosperidad del siervo de Dios N..
Coro: Señor, ten piedad. (tres veces).
Diácono: Te pedimos también, oh Señor, escuchar nuestra petición y ten piedad de Tu siervo N.: En Tu gracia y amor, cumple con sus peticiones, y perdona todos sus pecados, sean voluntarios o involuntarios. Acepta su sacrificio de alabanza sobre Tu celestial altar; protégelos de todo enemigo visible e invisible; líbrale de toda miseria, enfermedad y aflicción; concédele salud y largura de días, te rogamos, oh Señor, escúchanos y ten piedad.
Coro: Señor, ten piedad. (tres veces).
Diácono: Mira, oh Soberano, Amante de la humanidad, con Tu ojo misericordioso, a Tu siervo N., y escucha nuestra súplica que es ofrecida con Fe, porque Tú mismo dijiste: "Todas las cosas cualquiera que piden en oración, crean que serán recibidas y que serán hechas para ustedes; y también: "Pedid, y se os dará." Por lo tanto, aunque indignos, nosotros esperando aún Tu misericordia, Te pedimos: Concede Tu bondad a Tus siervos N.N y cumple sus Buenos deseos, presérvale todos sus días pacífica y tranquilamente en salud y largura de días: prontamente escúchanos y bondadosamente ten piedad.
Coro: Señor, ten piedad. (tres veces).
Diácono: También Rogamos por el pueblo aquí presente que espera de Ti la gran y abundante misericordia, por todos los hermanos y por todos los Cristianos.
Coro: Señor, ten piedad. (tres veces).
Sacerdote: Escúchanos, Dios salvador nuestro, esperanza de aquellos que moran en los confines de la tierra y de los que están lejos sobre el mar, se indulgente, oh Señor, con nuestros pecados y ten piedad de nosotros, pues tú eres un Dios lleno de misericordia y de amor por los hombres, y te damos gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

Coro: Amén.
Después de la Ectenia, se dice una oración para quien el moleben es oficiado.
Diácono: A San Siluan el Athonita, roguemos.
Coro: ¡Oh Santo Padre Siluan, ruega a Dios por nosotros!
La Oración
Sacerdote: ¡Oh maravilloso Teóforo Padre Siluan! Cuando por la gracia divina a ti concedida oras fervientemente por todo el universo, por los difuntos, por los vivos y por los que vendrán, que confiados en ti te buscamos y con humildad pedimos tu socorro. Oh bienaventurado Padre, mueve a la oración a la muy Santísima Madre de Dios y Siempre Virgen María, la eterna abogada de los Cristianos, quien te llamara para ser el primado de su casa terrenal, donde los escogidos de Dios continuamente suplican paciencia y misericordia por nuestros pecados, que no se recuerden nuestras falsedades y transgresiones, sino que, por la inmensa piedad de nuestro Señor Jesucristo, se nos conceda la salvación, por su gran misericordia. Tú, amado por Dios, junto a la benditísima Reina del Mundo, la Santísima Abadesa del Athos y los santos seguidores de su sendero en la tierra, los santos del Verbo Divino del Santo Monte Athos y sus ermitaños del desierto, rueguen que se conserven en el mundo libres de todo daño y de embate enemigo, que los Santos Ángeles libren del mal y el Espíritu Santo fortalezca hasta el final de los tiempo la Fe y la hermandad de la Iglesia Una, Santa, Católica y Apostólica, que ora e indica el camino de salvación para todos. Porque la Iglesia terrenal y celestial alaban sin cesar al Creador y Padre de los mundos, iluminando con la verdad y con la gracia de Dios.  Pide para todos los pueblos de la tierra una existencia digna y pacífica, con humildad, hermandad, alegría y temor de Dios. Que no conquisten los corazones humanos el mal y  la tentación que pueden anular el amor en los hombre y despeñarlos contra Dios y contra los hermanos, sino que se llenen con la fuerza del amor y la verdad divina, haciendo que en los cielos y en la tierra resplandezca el nombre de Dios, que se haga su voluntad entre los hombre, y que la paz y el Reino de Dios sean en este mundo.
Coro: Amén.

Diácono: Sabiduría.
Sacerdote: Santísima Madre de Dios, sálvanos.
Coro: Tú eres más venerable que los Querubines e incomparablemente más gloriosa que los Serafines a ti que sin mancha diste a luz al Verbo de Dios y que verdaderamente eres la Madre de Dios, a ti te celebramos.
Sacerdote: Gloria a Ti, oh Cristo, esperanza nuestra, gloria a Ti.
Coro: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.  Señor ten piedad (3 veces) Bendice, Padre.

Sacerdote: Cristo, verdadero Dios nuestro, por las oraciones de su Purísima Madre, y de nuestro Santo Padre Juan Crisóstomo, arzobispo de Constantinopla, y de San Nectario, Metropolitano de Pentápolis el Milagroso, de San Siluan de Monte Athos, de los santos y justos progenitores de Dios Joaquín y Ana, y de todos los santos, se apiade y nos salve, por su bondad y amor a los hombres.
Coro: Amen.
Y si va a ser cantado “Por Muchos Años”:
Diácono: Concede, oh Señor, una vida próspera y pacífica, salud y salvación y éxito en todas las cosas, a Tu siervo N., y presérvale por muchos años.
Coro: ¡Por muchos años! (Tres veces).

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